Madrid, de noche, no duerme. Siempre hay alguna discoteca abierta hasta el amanecer, una pareja que no dormirá en toda la noche y que se bañará en un mar de algodón, franela o seda, en un mar de sábanas. Siempre hay alguna mujer escribiendo caratas a nadie y una joven muchacha de no más de trece años escribiendo en su diario de cuartilla, en su diario íntimo conocido por sus amigas. Siempre hay algun taxista trasnochador, en busca de algún pasajero, pero sólo encuentra a una puta que le pide que le lleve a su lugar de trabajo, a su calle, porque no es una puta de lujo. Luego están, ahora sí, las putas de lujo, que trabajan en esos edificios barrocos de la capital, en la Gran Vía, que pasan la noche fornifollando a disgusto con un hombre gordo y feo, guarro y sudado que viste calzoncillos de viejo, el cuál cogerá el taxi de otro taxista trasnochador que lo llevará a su casa donde su mujer y sus dos hijos le estarán esperando, quizá ya en la cama. Siempre hay alguna gasolinera con un gasolinero a su cuidado, un gasolinero asustado y una gasolinera vacía, incluso, del olor a gasolina. Siempre hay algún mendigo que duerme bajo unos cartones porque no tiene ganas de ver el techo de su casa, y duerme abrazado a un "tetra-brick" o cartón de vino. También está el conductor de autobuses, que conduce a la ciudad, por la ciudad, y va el solo, dentro de un ferétro con ventanas y pintado de rojo, ahoro un rojo oscuro, ahora lleno de sangre. Siempre circulan metales blancos por Madrid, navajas, cuchillos, pistolas,... . Siempre hay un hombre pegando a su mujer, porque cree que es suya, que es un objeto, (mañana será titular del periódico), y una luz azul paseando por la ciudad, montada en un coche de policía, que, como siempre, nunca está cuando se la necesita. Siempre hay barrenderos barriendo la noche, porque la ciudad, de noche no se ensucia, (sólo cuando un hombre o una mujer se suicida por amor en el viaducto de la calle Segovia) y un camión echando agua para limpiar las aceras.
Pero mi barrio, de noche, parece muerto, aunque simplemente está durmiendo porque mañana tendrá que ir a trabajar. Sólo una pandilla de jóvenes, borrachos todos ellos, alrededor de su coche (ellos lo llaman "buga") dan mala vida a la noche de mi barrio.
Describiendo Madrid, mi ciudad, soy demasiado urbanita. Soy como un árbol de ciudad que añora el campo... pero Madrid, es Madrid.
10.3.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
a mi me encanta madrid de noche desde siempre me ha gustado con susu luces y sus garitos de copas. Un saludo poeta
Publicar un comentario